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Entrevista: Billie Eilish – Billie Eilish

El monstruo debajo de la cama. Recuerdo haber visto los carteles pegados por toda la Ciudad de México, pocas semanas después de que me enamorara del concepto de Billie Eilish. Escondida en el suelo, a punto de salir para comerse a aquel que se encontraba acostado sobre ella. Los veía, pocos días después de entrevistarla, algo que logré hacer realidad debido a que estuve presente en el lugar indicado, en el momento adecuado. Hoy, lograr esa platica sería prácticamente imposible.

Ya había visto las pistas. Los grandes grupos de fans en Facebook, aunque aun de nicho; las conversaciones en torno a su música en Reddit y el impulso que los trend-makers le estaban ofreciendo en sus respectivas redes sociales. Había pasado un año y medio desde el estreno de su EP debut y su canción ‘Lovely’ ya se había convertido en un himno para el público más importante y aquel que normalmente ignoramos en las revistas musicales: Los chicos de secundaria. Lo sabía y lo confirmaba al ver la cantidad de visitas que acumulaba ‘Ocean Eyes’ en su canal de YouTube. Se estaba gestando algo especial, justo frente a nosotros. Pero, yo aun no conectaba con ello.

Esperé, escuché todas las canciones que lanzó y entonces lo comprendí, justo cuando estrenó ‘bury a friend’. Una pieza brillante, lenta, repleta de sonidos industriales, disonantes. No dejaba de ser una dulce canción pop, pero sonaba a una película de terror. El concepto, empatizar con el fantasma que está guardado en el closet, esperando a que te acuestes para salir, con aquel monstruo que se esconde de ti, me fascinó y no lo solté durante meses.

Siempre me han interesado las pesadillas, me encanta tenerlas y he leído que son tu principal influencia, le señalé cuando cogí la llamada a través de mi celular, encerrado en la cabina de grabación de WARP. ¿Cuál ha sido la peor que has tenido o aquella que más te haya marcado?le pregunté mientras ella daba un gran suspiro. Dio un par de risas, ruidosas, antes de rendirse. Ohh por Dios, ni siquiera estoy segura de poder hablar de eso, dijo al inicio de esta conversación que se centró en nuestras pesadillas.

Fue la primera y la única entrevista que concedió a un periodista latinoamericano durante más de un año, se mantuvo así aun después de haber ganado aquellos cinco premios Grammy gracias a su álbum WHEN WE ALL FALL ASLEEP, WHERE DO WE GO? (2019). Generó uno de los escritos con más visitas de la página y una cápsula de W-Radio que aun hoy re-transmiten con bastante regularidad.

El proceso para conseguirla fue largo, pero muy dinámico. Aunque hablé con cuatro promotores distintos, de México y Estados Unidos, durante un par de meses, la plática se logró sin dificultades simplemente porque mostré interés por ella cuando ningún otro medio de la zona estaba en el mismo canal. Vi la oportunidad enseguida, cuando fui el único asistente de la listening party del material en Universal Music. No había nadie más, ningún otro editor o colaborador, solo yo y el chico que colocó las canciones en su laptop, jurándome que sería la próxima gran estrella de la música pop. -Lo sé-, le dije, -por eso estoy aquí-.

Toda la música que hago es una fotografía que me ha ayudado a hablar de aquello que me costaba trabajo”, me declaró a través del teléfono, “mis pesadillas y mis sueños”.

Mi primera sensación al escuchar aquel álbum fue un poco decepcionante, conecté de inmediato con los beats de ‘you should see me in a crown’ y con las risas introductorias, un detalle increíble. ‘xanny’ y ‘when the party is over’ me parecieron baladas preciosas, pero no había nada tan interesante como ‘bury a friend’ en él. Parecía que lo habían vendido como un álbum conceptual, pero no lo era. Lamento haber sentido que ‘bad guy’ era una canción más del montón, cuando hoy es todo un himno generacional, un icono para los centennials más puros. Ahora, todo el álbum me parece una maravilla.

Pese a mi errónea interpretación del material, quería tener una entrevista con ella y expandir en ese concepto, el de los fantasmas, monstruos y pesadillas de su portada. Le dije al instante a aquel chico que iba a trabajar para conseguirla y que me interesaba tenerla en portada. Él accedió y empezamos a trabajar para obtener ese phoner previo al estreno del álbum.

Cada paso lo di en silencio, los correos con los chicos de la disquera mexicana, el desarrollo del concepto de la plática que ganó el espacio ante los agentes internacionales y finalmente, cuando tenía una fecha establecida, me rendí frente a aquello que más detesto del gremio sobre el cual me he desarrollado. La ansiedad, el sentirme pequeño ante el encuentro con una persona famosa.

Me parece obsceno que los periodistas traten de forma distinta a los artistas, que presuman de fotografías de fan o que se sientan realizados por haber platicado con x persona. Yo no quiero sentirme realizado por conocer a alguien, quiero sentirme así por ser quien soy. Me gusta presumir mi trabajo y sé que los nombres venden y otorgan estatus, solo eso. Me gusta el estatus. Es por ello me di pena al darme cuenta de que adoraba mi idea de aquello en lo que ella podría convertirse. Me aterró y empecé a dudar de mi capacidad. Me di cuenta de que estaba inquietado por impresionarla y por lograr sacar el mayor jugo posible a aquella plática.

De inicio, no resultó como esperaba. Pero, sin duda estaba en lo correcto. Pocos meses después de nuestra conversación, se transformó en un icono pop mundial. El primer proyecto musical pseudo-alternativo que he visto que logra posicionarse a esos niveles desde nunca. Su éxito rompió con todo lo que mi generación había vivido. Nosotros crecimos viendo brillar a iconos -viejos-, no formamos los propios. En la secundaria, adorábamos a los Coldplay, Gorillaz, Green Day, Oasis y Nirvana del mundo. Proyectos ya longevos o muertos. Nada había salido para sorprendernos, hasta que Billie Eilish lanzó su álbum debut y se convirtió en un fenómeno.

Como te estaba comentando, la conversación no resultó tan profunda o interesante como creía que podía llegar a ser, por lo menos de momento. Ella fue muy amable, atenta y con ganas de contestar lo mejor posible a cada una de mis preguntas. Tiene un aura hiper-activa y cordial. Pero, aun así fue una conversación rápida con algunas interrupciones de parte de su manager (escucha obligada debido a su minoría de edad) que no tomó vuelo en muchas aristas, a mitad de la plática cambiamos de tema a la belleza de crecer con una computadora cuadrada y Neopets en ella.

Sin embargo, hace poco la volví a leer y me di cuenta del gusto que me daba el haberla hecho. Es un texto pasional con enfoques íntimos de la vida y las pesadillas de una de las cantautoras más importantes de los últimos tiempos. La pasión de ambos por los fantasmas está presente en cada letra, solo que no lo pude apreciar en su momento.

Volviendo a mi ideología previa, una entrevista es como cualquier otra relación social. No puedes imponer tu visión del cómo quieres que sea, solo te queda aceptarla y disfrutarla por lo que es o fue y ese sí que fue un encuentro interesante.

Billie Eilish

Oscar Adame

Nada en mí es original. Soy el esfuerzo combinado de todo aquel al que he conocido.
Contacto: oscar.adame@poolpmx.com
oscar.adame@oscaradamegaleano.com

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