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8 3/4: Una cicatriz dentro de la perfección, la constante del ruido alrededor de ella

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Por: Aarón Sánchez.

 

¿Por qué buscamos escondernos? Una de las quejas que continuamente se pueden escuchar antes de una intervención quirúrgica, es la cicatriz que esta pueda dejar en la persona. Y es que más que el miedo que pueda provocar en una persona el tener una cicatriz, muchas veces es el miedo a que los demás la vean.

Algo similar sucede con otra disciplina, el sonido. En el sonido, en la música, muchos artistas sonoros buscan tener un sonido limpio y armónico. Buscan dejar afuera el ruido. El ruido esta presente todo el tiempo, si buscamos llegar a la perfección, ¿Para que queremos el ruido?

Caminar por el Centro Histórico de la CDMX, es darse cuenta de la historia de la ciudad. Sería obtuso pensar que el Centro Histórico logró borrar todas las huellas del sismo de 1985. Pasar alado de cada grieta, edificio desahuciado, nos hace reflexionar de cómo ha avanzado la sociedad mexicana a partir de ese momento. Si bien el material audiovisual que existe de la época, nos permite recordar la catástrofe; nada como tener un contacto de 1er orden con la realidad.

Las cicatrices, son muestra de nuestros errores, de nuestros aciertos, de que somos humanos. Cuando escuchamos un vinyl y se escucha el ruido, sabemos de su historia y por los momentos que ha pasado. Cuando vemos un edificio con alguna cuarteadura, sabemos que algo ha pasado. ¿Por qué queremos olvidar lo que ha pasado?

El olvido es una cuestión esencial del ser, esta en su derecho de ejercerlo a su beneplácito. El problema es que el olvido, llega a ser muchas veces un peor enemigo que la ignorancia.

Cuando uno escucha 4’33’’, uno puede asignarle un significado completamente diferente al que le quiso dar John Cage. Una de las tantas interpretaciones que le he dado a esta pieza, recae en el ruido. 4’33’’ de silencio puro en una sala, ese es el principal mensaje que da John Cage en su pieza, el problema es que nunca estamos completamente en silencio. Un estornudo, un movimiento, el aire, son elementos que vuelven único el entorno de la pieza. Si bien, estos sonidos buscan ser evitados es inevitable su acontecimiento dado a su origen simple y normal.

Nuestro oído, regularmente, evita sonidos como el pasar del aire pues dentro del procesamiento cognitivo del ser lo considera ruido y por lo tanto lo evita. Nuestra propia fisionomía busca evitar lo común.

¿Por qué buscamos evitar lo normal? ¿Por qué buscamos evitar el ruido? ¿Por qué buscamos evitar las cicatrices?

Eso es lo que vi en ella, lo normal. Me pareció que dentro de su silencio, lo incognito de su ser, puedes encontrar algo completamente único. Lo normal y lo único, malditas contradicciones justificadas bajo una dialéctica barata, pero así es. En ese silencio, el ruido alrededor de ella es lo que más me fascina. Las incógnitas, silencios y pocas palabras, me han hecho cuestionarme e intentar descifrar lo normal de ella. Y es que lo normal, lo normal se ha vuelto extraordinario.

 

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