«El día de hoy se cumplen 20 años de una tragedia que sucedió en esta misma escuela cuando una horca 100% funcional mató por error a un estudiante durante la presentación de una obra. Para conmemorarlo, hemos construido otra horca 100% funcional y actuaremos dicha obra». Si lo anterior te parece una buena idea, seguramente disfrutarás mucho la cinta de Travis Cluff y Chris Lofing. Si lo consideras increíblemente estúpido, felicidades por tu sentido común… y no gastes en esta película.
Pareciera que el planteamiento antes expresado es lo más ridículo que puede darse en 81 minutos, pero para gran sorpresa del público, no lo es. La Horca es una de esas películas que constantemente se retan a ser más ilógicas y estúpidas conforme avanza el tiempo.
Un grupo de amigos (volveremos con estos sujetos en un momento) deciden entrar a su escuela para destruir el escenario de la obra que se presentará el día siguiente, con la meta de que la chica protagónica de la representación se enamore de uno de ellos (mientras más lo pienses, menos sentido tendrá y estaremos aquí toda la noche). Así, despertarán el espíritu de Charlie, un adolescente que murió veinte años atrás, luego de que tuviera que reemplazar a otro chico en la misma obra.De ahí en adelante, todo se va en picada. Los personajes no ven las soluciones obvias hasta que la trama lo considera conveniente, nadie ve lo que tiene enfrente si la cámara no lo graba, el fantasma adquiere poderes cada determinado tiempo, un desastre, vamos.
Y en nada ayuda nuestro elenco principal. La Horca puede presumir el notable logro de tener el camarógrafo más molesto de la historia del cine. Todos los acontecimientos son narrados por este auténtico douchebag en tono «paps» insoportable. Su novia es una tonta cuyos diálogos se rebajan a gritar y a escupir exposición obvia con actitud de drama queen. La pareja protagonista no lo hace tan mal, pero aún así mantienen un nivel actoral mediocre. Los frecuentes cortes entre cámaras hacen que veamos las mismas escenas dos veces desde diferentes perspectivas, en lo que más que un recurso se siente como algo barato para rellenar los poco más de 80 minutos que componen este largometraje que jamás debió pasar de un corto.
La atmósfera en el interior de la escuela resulta inexistente, y podría ser que estemos ante los jumpscares más predecibles de los últimos años, siguiendo siempre la misma fórmula de mostrar una soga o una luz parpadeante, dando tiempo a todos para anticiparse al susto. Las últimas palabras que voy a gastar en este pseudo found footage hacen relación a su falta de ritmo: le toma a los personajes casi 40 minutos llegar al encierro en la escuela, y una vez que están ahí los pocos acontecimientos importantes suceden extremadamente rápido para dar paso a interminables secuencias de caminatas, escapes y peleas entre los protagonistas.
Definitivamente, entre un género que de por sí ha ofrecido muy poco en los últimos tiempos, La Horca pone el estándar aún más bajo, y la única duda que nos plantea es: ¿quién escribió las críticas positivas mostradas en el trailer? Si no mal recuerdo, sólo una de ellas muestra una cita, y la atribuye a Audience Screening. Rotten Tomatoes le otorga un 15% (que dicho sea de paso, le queda enorme). Una buena campaña de marketing, y nada más.