Le haz visto un par de ocasiones e intercambiado uno que otro gesto torpe con miras a un futuro coqueteo. La verdad sea dicha, es que para entonces muy posiblemente te habrás difuminado cual fotografía palidecida por el Sol y también es cierto que aquellos pantalones que solían encarnarse a tus muslos apenas aprietan lo suficiente tu cintura para no caer hasta las rodillas, evidenciando una vez más que no se vive de humo ni mucho menos del recuerdo que jalonea las cobijas por la noche. Un esfuerzo por demás flojo.
Más allá de ésta bonita chinampa que nos hemos inventado, ciudad que ha de flotar sobre su inmundicia. Un “circuito” –cerrado- Roma / Condesa y la insistencia de un par de plumas necias e ignorantes de su aquí y ahora, confundidos con la inmediatez que presenta la fibra óptica que se encuentra echando raíces bajo las banquetas , viciados por la gasolina china flotando en el aire .
Qué monos todos ellos. De estos parias y caimanes habrás de tener mucho cuidado, porque adoptan banderas y formas varias que buscan empobrecer cualquier aspecto y convertirlo en una medalla que cargarán con cinismo toda su vida. Su mudanza ha tardado décadas, del llano a las oficinas de piso de madera, su ascenso no se ha de tomar a la ligera pues es síntoma de un mayor cáncer, de una disfunción narcotizante.
Mi mas sentido pésame para nosotros los que seguimos necios en regar las hojas secas y nos asumimos incendiarios.