La Recepción de «Canis Lupus»
El Fantástico Señor Zorro tiene ya más de un lústro de haber sido lanzada y aunque no cabe duda de que el filme ha trascendido en este tiempo, también es cierto que hay varias escenas que siguen siendo cuestionadas respecto al material, como pasa en cualquier película de culto me atrevo a decir.
La escena más particular del filme es «Canis Lupus«. Que ha sido descrita por diversos críticos, entre ellos Shana Mwlasky, como una de los momentos más hermosos de la filmografía de Wes Anderson. La secuencia sin embargo también ha sido punto de críticas y de descontento por parte de otros especialistas del medio y del público, que normalmente responden alegando que la misma está totalmente fuera de lugar y que rompe con el ritmo y tono construido por la película.
En una entrevista Wes Anderson no dudó en hablar sobre uno de los productores, quien no entendiendo a qué iba la escena decidió mover sus influencias para que Wes la cortara del material final. Anderson no otorgó aquel deseo por lo que le respondió : «No voy a cortar esta escena, esta escena es la razón por la cual dirigí toda la película».
Así que, ¿por qué todo el alboroto provocado por la famosa aparición del Lobo dentro del Fantástico Señor Zorro?
El «Yo Salvaje» de los personajes
El Fantástico Señor Zorro es una película que habla especialmente sobre un tema: la opresión de nuestro yo salvaje. Ese concepto que Freud traduce como el «Ello», que es el conjunto de pulsiones inconscientes y primitivas con las que el hombre tiene que luchar para poder vivir dentro de una sociedad con normas morales, que Freud traduce como el «Superyó».
El personaje principal se nos presenta durante la secuencia inicial como un zorro aventurero que roba gallinas para comer, el acto de robar gallinas es la representación de su yo salvaje. Mismo que al terminar esta secuencia se ve oprimido, pues con la noticia de que su esposa se encuentra embarazada el Señor Zorro se ve obligado a no correr los mismos riesgos, pues ahora tiene una responsabilidad más, esta responsabilidad, su hijo, es la aparición de su «Superyó».
La problemática de la película llega debido a que el Señor Zorro sucumbió otra vez a su yo salvaje, rompiendo la promesa que le hizo a la Señora Zorro de no robar gallinas nunca más. El acto del robo hizo que los granjeros decidieran cazar a todos los habitantes del pequeño bosque en donde el Señor Zorro habita y lo lleva a él y a todos los personajes no humanos del filme a esconderse bajo la tierra, rechazados por el resto de la sociedad es el Superyó quien los castiga pues el zorro sucumbió ante sus pulsiones primitivas.
En una de las primeras escenas dadas bajo la tierra el Señor Zorro aclara esto perfectamente cuando siendo cuestionado por la Señora Zorro del porqué de sus acciones él responde:
La forma tradicional en como Wes Anderson hace que sus personajes hablen, visten, gesticulen y los intereses que le da a cada uno de estos es prácticamente una calca en cada una de sus películas. Sin embargo, en el Fantástico Señor Zorro le da un peso mucho más significativo al discurso del filme, y a la escena que en especial nos interesa. Los animales de la película están completamente bien vestidos, hablan con una propiedad digna de cualquier miembro de la realeza, son sumamente cultos e incluso son tan prudentes en la mayoría de sus actos que nos dan a entender que no son realmente animales, son personas conscientes de las reglas sociales que los rigen y que llevan a cabo cada una de estas de forma obsesiva.
Esto último se rompe en ciertas escenas bastante divertidas, pequeños guiños de que aún existe un poco de ese ser salvaje en cada uno de sus personajes. Por ejemplo, cuando comen o cuando se ven envueltos en un conflicto agresivo lo único que hacen es gruñir y mover sus manos como si estuvieran razgando.
El Lobo
Desde que vemos al Señor Zorro interactuar con otros personajes que no son su esposa o su hijo Ash, se nos presentan estas pequeñas pláticas respecto a su fobia a los lobos. «Te asustan los lobos», le pregunta Kylie a lo que el Señor Zorro le respode: «No, sólo les tengo fobia».
Y entonces llega en un momento crucial del filme, en el cual se dio el último enfrentamiento de los personajes frente a los granjeros, su primer contacto con el canis lupus. «Un lobo, ¿dónde?», pregunta el zorro con los ojos bien abiertos. A lo que tras verlo decide parar para apreciar a la gran criatura.
El Lobo es descrito por el zorro como el animal que más fuerza tiene en el mundo, aunque también como el más hermoso. Así que cuando lo encuentra no duda en tratar de hablar con él. Este sin embargo es el único personaje de la cinta que no cumple con una serie de características bastante notables, y que se hablaron en el último punto de la nota. El Lobo no es bípado, anda en cuatro patas; está completamente desnudo y además no dice una sola palabra durante su aparición en pantalla.
Basándonos en esto El Lobo es la representación más pura del yo salvaje dentro del filme. Culturalmente no es una idea nueva el otorgarle tal significado al lobo, recordemos que desde las épocas pre-históricas se habla de «aquella criatura que nunca pudo ser domesticada».
Entonces pues el que el Señor Zorro se haya topado con El Lobo representa la confrontación directa de nuestro personaje principal con su mayor enemigo, la idea que tiene en su mente de no haber podido ser aquello que deseaba: una criatura salvaje y libre, tal como el Lobo. Mismo enemigo que hizo que el Señor Zorro rompiera con su promesa y se viera envuelto en tanto desmadre.
El Señor Zorro trata de comunicarse con El Lobo sin ningún éxito, pues este ni siquiera reconoce su nombre en Latín, cosa otorgada culturalmente y de la cual El Lobo no ha tenido contacto alguno. Es entonces cuando El Lobo le dice a nuestro Señor Zorro que tiene que pelear, siendo esto lo único que el zorro puede hacer. No puede quedarse dentro de ´lo salvaje´ junto con El Lobo, él tiene que seguir su camino y luchar para ser feliz dentro de su vida en los suburbios, con su familia.
Al final de la película se nos presentan a todos los integreantes de la familia zorro, junto con dos invitados, disfrutando de un lugar tan artificioso como lo es un supermercado. El Señor Zorro entonces empieza a formular un brindis dentro del cual expone sus puntos sobre el porqué todo dentro del supermercado es tan hermoso.
«Esta manzana parece falsa, pero por lo menos tiene estrellas y sabe magníficamente», dice. Una muestra de que él en su exterior es tan artificial y se ha adaptado a las estúpidas necesidades de la sociedad de una forma tan magnífica y hermosa como la manzana con sus estrellas, pero que a la vez sigue siendo la misma criatura básica y primitiva en su interior.