No cabe duda que Johnny Marr puede hacer de todo un poco. Lo hemos visto ya en proyectos como The Smiths y Modest Mouse, curiosamente ambas bandas fueron icónicas en su época de apogeo, los primeros en la década de los 80’s y los últimos en los años 2000.
Le hacen falta discos de verdadero rock a este año y Marr se encarga de solucionar eso con este nuevo álbum. Un hombre que se ha hecho famoso por su habilidad con la guitarra tiene que demostrar por qué llegó a una posición tan privilegiada y eso es precisamente lo que hace aquí. Back In The Box abre con un buen riff y la grave voz del británico que tiene un poder seductor difícil de describir.
Los ingleses tienen magia a la hora de hacer música, como si tomaran el talento de sus antecesores y lo hicieran propio. Parece que Marr toma inspiración del rock sesentero de su país. El poder de las seis cuerdas está presente a lo largo de todo el álbum, es un disco que requiere pocos elementos para brillar, lo destacable es que el ex-Smith sabe cuándo y cómo utilizarlos.
Al escucharlo cualquier persona podría notar que su pie se empieza a mover al ritmo de la batería. Dynamo tiene un gran solo de guitarra y un coro pegajoso como cualquier éxito rock. Este nuevo material en solitario de Johnny Marr está repleto de lo que llamo «éxitos potenciales», esas canciones que fácilmente se podrían volver sencillos y ser cantados por multitudes.
Un buen disco de rock hoy en día es más difícil de encontrar que antes, ahora la música electrónica está abarcando todo, sin embargo Marr sabe mantener las cosas simples y hablar directo. Tiene canciones tan intensas como 25 Hours o algunas otras con un excelente coro como The Trap. Así como también nos topamos con canciones tan rítmicas como Playland y el brutal solo de batería con el que inicia.
En general es un trabajo impecable de un hombre que está caminando en la dirección correcta para volverse un héroe en la música de varias generaciones, no ha dado hasta ahora ningún notable paso en falso y aún tiene mucho que ofrecernos.
