En el 2014 Stiles White nos presentó Ouija, una cinta que retoma la clásica historia de los jóvenes que se reúnen y prueban el tablero, lo que desencadena una serie de sucesos paranormales. Lamentablemente dejó mucho que desear, pero este año regresamos al mundo de Ouija con la nueva entrega a manos de Mike Flanagan, Ouija: El origen del mal, una precuela que carga con el peso del fracaso de su predecesora.
La historia toma lugar en 1965, centrándose en la familia de Alice Zander (Elizabeth Reaser), quien es viuda y vive con su hija Paulina “Lina” (Annalise Basso) y su hija menor Doris (Lulu Wilson). A falta de dinero, Alice finge ser adivina y con asistencia de sus hijas, ayuda a las personas a creer que contactan a sus seres queridos que han fallecido. Cuando les avisan que su casa está a punto de ser embargada, Alice preocupada busca cómo ganar más dinero para seguir en la casa que su difunto esposo dejó a su familia. Lina le sugiere incorporar un tablero de Ouija a su acto de adivina, así que decide intentarlo. La noche en la que el tablero llega a la casa, Doris presenta una extraña relación con las respuestas del tablero y cuando lo usa para contactar a su padre, algo en ella comienza a cambiar. ¿Qué es lo que se comunica con Doris? y ¿Qué le está pasando? Ese es el misterio principal de esta película.
Flanagan quien ya está relacionado con este género, nos presenta una buena historia llena de suspenso y credibilidad que le da vida a la trama de esta saga. Como precuela cumple con su propósito, ya que nos da la información que necesitamos para entender completamente el mundo de la primera entrega y está directamente conectada con los sucesos de la cinta del 2014.
Algo interesante con estas películas es que van al punto y hablan sobre algo que vemos muchas veces, las consecuencias de jugar con un tablero de Ouija, el enigma detrás de lo que se contacta y las reglas para jugar. Pero al saber desde el principio qué es lo que desencadenará la catástrofe, podemos enfocarnos en más detalles de la trama.
Desde el principio observamos una buena ambientación a los años 60’s, lo que da mas credibilidad al argumento. El vestuario, la escenografía, hasta puntos en la historia están bien definidos y nos hacen sentir que estamos en ese año con todo y sus creencias tan liberales y psicodélicas.
Los niños en películas de terror es algo que vemos muchas veces, en este caso el papel de Doris fue muy bien representado por Wilson. Es un personaje inocente y dulce que es corrompido por la maldad, lo cual resulta en buenos momentos de suspenso, ya que no sabemos hasta qué punto esa maldad puede llevarla a cometer atrocidades.
Una de las cosas no tan favorables sobre esta cinta es que repetidamente cae en lo cliché, en especial en esta segunda mitad, hay momentos en los que se pierde el suspenso por la obviedad. Otra cosa son los efectos especiales, la mayoría del tiempo quedan muy bien y nos muestran imágenes bizarras y terroríficas, pero en algunas ocasiones caen en lo excesivo.
Ouija: El origen del mal es una cinta que tiene una historia interesante que asombrará a muchos y les sacará sustos con jumpscares y el ambiente sombrío que logra crear, además de que cumple con las expectativas al ser una entrega con más calidad que la anterior pero a la mitad esta calidad en el suspenso y en la historia se pierde, dejándola como una buena precuela que no llega a lo espectacular ni sobresale entre las películas del mismo género.