Once (Érase una vez… una canción de amor) es la primera película del director John Carney, un musical que cuenta la historia de dos personas con estilos de vida diferentes que se conocen gracias a la música. Él es guitarrista y compositor, quien de día trabaja en el taller de su padre, en la noche canta y toca su guitarra por las calles de la ciudad; Ella vende rosas, cuida de su hija y su madre, pero aún así encuentra tiempo para tocar el piano.
La película es protagonizada por Glen Hansard y Markéta Irglová, ambos músicos profesionales. John Carney fue bajista en la banda de Hansard, Carney le pidió ayuda con una idea y canciones para una película. El plan nunca fue que Hansard protagonizara la película, el papel principal estaba destinado para Cillian Murphy, pero él se negó a participar al lado de la “no actriz” Markéta Iglová y no creía tener las capacidades vocales necesarias; así que el director regresó con Hansard, el cual estaba muy inseguro de actuar por su casi nula experiencia, sin embargo, al verse demasiado involucrado en el proceso de realización y estar consciente de que el proyecto era de muy bajo presupuesto, aceptó.
Carney quería naturalidad en sus personajes y que sus actores se sintieran cómodos siendo ellos mismos, así que él trabajó los diálogos junto a Iglová y Handsard, también buscó crear ambientes en los que Markéta estuviera a gusto, tratando de ayudar a que la cámara no se sintiera tan cerca. Uno de los factores que fue de gran apoyo fue la amistad entre los protagonistas, había más confianza y ya existía una emoción de donde partir.
Sin duda muchos de los momentos más emotivos son las partes musicales, pues se desarrollan con la característica naturalidad que tiene toda la película; ésto quiere decir que no están solo por ser parte del género, sino porque la historia lo necesita . No cuenta con las ostentosas coreografías a las que Hollywood nos tiene acostumbrados, estas secuencias están sostenidas por las canciones, bellas composiciones de Hansard (en su mayoría) y las acciones de nuestros personajes: miradas y gestos que nos hacen sentir la química entre ellos.
Once demuestra que no se necesita un gran presupuesto y/o un equipo de filmación muy grande para hacer una un musical que valga la pena. Creo que lo importante fue trabajar el guión, saber lo que la historia necesitaba y haber elegido a las personas correctas. Carney me parece un director interesante, me gusta la naturalidad que buscar en sus personajes y, sobre todo, la forma en la que mezcla la música y el cine.
Aquí les dejo el una probadita de lo que es Once y el trailer de Being Again, la última película de John Carney que muy pronto estará en cartelera.
https://www.youtube.com/watch?v=j6slEoCqDD8
https://www.youtube.com/watch?v=rDPnbnvLIqQ