El 6 de noviembre de 2006. Luego de un aclamado debut (O, 2002), el cantautor irlandés Damien Rice le presentaría al mundo su segundo disco, simplemente titulado 9. Este material, lleno de canciones destructivas y melancólicas, reflejaba una realidad aún más triste. Su relación con Lisa Hannigan, corista principal y una de las estrellas detrás del nombre de Damien, estaba al borde de un abismo inescapable.
Una vez que el noviazgo se convirtió en pérdida, Rice desaparece. Algunas presentaciones aisladas y un par de colaboraciones fueron todo lo que el exitoso músico entregó en un lapso de ocho años. Es vital conocer este contexto para comprender realmente lo que significa que en noviembre de 2014 tengamos una nueva placa con su nombre.
My Favourite Faded Fantasy es una súplica y un llanto. Es esperanza y es luz. Es el viaje de un hombre que perdió una parte importante de su vida, y debió aprender a superar las situaciones y reconocer sus culpas. Estamos ante el canto redentor de un Damien Rice que, a los 40 años, madura visiblemente y logra captarlo en ocho temas con una gracia que muy pocos artistas pueden intentar alcanzar.
Las canciones que componen este material fueron escritas a lo largo de los años, por lo que no podemos hablar de un disco plano. Se trata de una evolución como ser humano que se refleja en un avance como cantante. De esta manera, lo mismo encontramos al Damien melancólico que canta al amor perdido, y al nuevo cantautor que reconoce sus culpas y decide continuar.
Los temas, en su mayoría de una duración superior al promedio, son espléndidamente pulidos por un Rick Rubin en estado de gracia. My Favourite Faded Fantasy presenta complejas estructuras instrumentales, que en todo momento acompañan (y no eclipsan) la honesta voz de Rice y su cruda guitarra. Casi podemos ver al irlandés parado frente a nosotros, contándonos su propia historia. Esta captación del sentimiento es uno de los principales aciertos del material.
Tracks como The Greatest Bastard, Colour Me In y The Box nos reencuentran con el Damien Rice de los trabajos previos, mientras que I Don’t Want To Change You y Trusty and True experimentan con la incorporación de una pequeña orquesta e incluso un coro que dan un sentido de complejidad inédito al CD. It Takes A Lot To Know A Man y la propia My Favourite Faded Fantasy incorporan sonidos que recuerdan vagamente al Beck más introspectivo, y Long Long Way, canción encargada de cerrar el disco, es la canción más atmosférica de la carrera del cantautor.
Al final, My Favourite Faded Fantasy es un trabajo completo, que muestra que el tiempo no pasa en vano y nos hace partícipes de la maduración de un artista en todos los aspectos. Damien Rice no es un músico particularmente prolífico, pero definitivamente da señales de preferir calidad a cantidad. La pasión que lo caracteriza queda plasmada de forma muy bella en ocho temas que encantarán a viejos fans y atraparán a nuevos escuchas, y que definitivamente hacen que haya valido la pena la espera.
Damien, tómate tu tiempo. Esperaremos más noticias tuyas.