De los muchos paises que visitó Gulliver en la novela de Jonathan Swift, tal vez el más recordado es Liliput: una de las tantas islas que destacaba por tener personas y edificios de apenas centimetros. Si bien suena a un país de fantasía, en el mundo existen variadas formas de arte miniatura para el entretenimiento de la gente, desde el museo de osos de peluche en cores (donde los osos protagonizan pequeños dioramas animatronicos) hasta el impresiontante Miniatur Wunderland en Alemania (un mundo miniatura destinado a albergar un ferrocarril miniatura, un aeropuerto, y 5 ciudades diferentes con habitantes, luz, sonido y movimiento. Legoland, el Museo del cine de Lyon, los aparadores de New York y muchos sitios más se han dedicado a la reproducción de un mundo ideal para los liliputienses, pero ¿y en México?
El viaje inicia en Puebla, en el Museo de la Miniaturas Poblanas. El museo es un viaje a unMua serie de dioramas diminutos sobre la vida cotidiana en México e incluso tradiciones y pasajes biblicos. Desde la batalla del 5 de mayo hasta la conquista de América, Saúl Navarro recrea un mágico mundo de pulgadas.
Foto: Casa de las leyendas
Por otro lado, en Guanajuato se encuenta el Museo Casa de las Leyendas, un mundo nocturno en miniatura que cuentas con ayuda de animatronicos e ilusiones ópticas, las leyendas de la ciudad de Guanajuato. Desde casas señoriales miniatura donde ocurrieron asesinatos hasta un infierno donde se celebra un baile avernal, es sin duda una de las curiosidades mas interesantes de la Guanajuato.
Foto: Ana S.
En Tequisquiapan Queretaro la historia es más alaegre. Todo un pueblo fue recreado con lujo de detalle mostrando las más variadas tradiciones mexicanas. Desde un velorio y el día de muertos, hasta un desfile de pueblo jalado por pequeños tractores. Algunas de las joyas de la exhibición son la feria del pueblo que incluye los tradicionales puestos de juegos y comida, y el circo; aunque tambien existen un balneario, una iglesia y un sinfin de casitas con puestos tradicionales mexicanos y de Tequisquiapan.
Foto: Erick Estrada
En la zona cultural de Chapultepec en la Ciudad de México, se encuentra el Museo del Caracol, un lugar creado en el declive mexicano de los 70’s. El museo muestra la historia de México desde el inicio de la independencia hasta la creación de la constitución de 1917 y aunque es fervientemente nacionalista vale la pena admirar los detalles con los que se recrean las batallas revolucionarias, los enormes dioramas del 5 de mayo y los momentos políticos que marcaron el fervor político del México del s.XIX.
Una de las joyas que se crearon especialmente para el Museo de Antropología en Chapultepec es la gran maquetal del mercado de Tlatelolco. Fueron los mismos que crearon el mundo miniatura del Museo del Caracol y la maqueta nos da una idea de la forma en que se compraba y vendía durante la época. Un lugar que la gente mira por horas y que resulta más visitado que las piezas antropologicas que resguarda la sala.
Foto: Tim Cockerill
En México la tradición de las miniaturas nació de una forma peculiar. Fue dentro de un convento cuando un grupo de monjas aburridas comenzaron a entrenar pulgas para realizar actos circenses, al morir, las monjas las vistieron y comenzaron a venderlas en cajitas. Durante el s.XIX, gente de varios pueblos adoptaron la costumbre de vestir pulguitas y crearon diminutas joyas conocidas alrededor del mundo como «Las pulgas vestidas«. Algunas de las colecciones más grandes no se encuentran en México, pero existen dos que raras veces se muestran al público mexicano: la de la UNAM que pertenecía al museo del chopo y pasó a manos del museo de historia natural, y la del Museo del juguete mexicano que se encuentra en exhibición permanente, pero es difícil ver los pequeños detalles en la colección.
Durante los 70’s se creo al norte de la republica un parque temático de nombre Mexitlán. Se encontraba en Tijuana y utilizó la ayuda de cientos de artesanos de toda la república para repoducir 150 maquetas que representaban a la ciudad de México, Guadalajara, Tepotzotlán, Guanajuato, Taxco y los puntos arquitectonicos más importantes de México para alimentar a los mexican curious que llegaban desde EUA por la frontera. Pequeñas trajineras navegaban un diminuto xochimilco y un desfile de deportistas acompañados de «la ola» animatrónica se observaban en una reproducción del estadio de CU. El parque cayó en decadencia durante los 90’s y llegó a costar 5$ la entrada, sin embargo fue destruido y hoy se convirtió en el Centro de Convenciones Mexitlán.
Algunas de las maquetas fueron recuperadas y llevadas a la tercera sección de Chapultepec naciendo el parque «México Mágico«, ya no con el esplendor del original y sin animatrónicos pero no dejaba de ser una curiosa visita al mundo barroco, prehispánico y moderno mexicano. Cuando ocurrió un incidente en el parque, comenzó a perder visitas y con el tiempo cerró. Se realizó en 2012 un último intento por reabrir el parque al público pero fracasó, muchas maquetas fueron vandalizadas y se decidió retirarlas por completo para abrir un jardín botánico. Se desconoce el paradero actual de las maquetas.
Foto: Eduardo Terrazas
Cerca del desaparecido México Mágico, aun se encuentra en pie el Museo Tecnológico de la CFE. que alberga en sus areas verdes enormes maquetas del funcionamiento de presas y centrales electricas. Algunas incluyen botones que el público puede presionar para conocer el funcionamiento de la maquinaria e incluso de noche tienen un diminuto alumbrado público. Una desgracia si se toma en cuenta que el museo no permite visitas después de las 5.00h
Foto: Turismo Mexiquense
Para algunos artesanos la miniatura se ha vuelto arte popular y es común ver pequeñas artesanias que reproducen mundos mágicos a escala. Desde figuritas de cera que se exhiben en museos al norte del país, hasta muqñequitos hechos de palma y papel maché. El Museo del Barro en Metepec Edo. de México exhibe una colección de maquetas y árboles de la vida que muestran desde fiestas populares hasta esqueletos en los mercados. Lo mismo ocurre en el Museo del Alfeñique de Toluca en donde existen algunas piezas miniatura elaboradas con dulce de azúcar conocido como alfeñique para el día de muertos. No pueden faltar también las colecciones de dioramas de negocios populares de la colección del Estanquillo que pertenecieron a Carlos Monsivaís.
Foto: Pregunta Santoral
Finalmente cabe mencionar la apegada tradición navideña del nacimiento mexicano, se acostumbra en varias partes del mundo y en México es normal montar en familia pequeñas maquetas de un belén ficticio con ayuda de luces, musgo, heno y diminutos personajes de barro, yeso, cerámica, cera o madera. (no puede faltar el tradicional niño de 2 metros…)
Un México desconocido que se prepara en museos, casas y galerías para recibir una vez más a Gulliver.
