Para las generaciones actuales, los comics representan un modo de vida al grado del fanatismo desmedido. Desde los mangas japoneses hasta las historietas mexicanas, todas ocultan un sentido de propaganda, nacionalismo y un sinfín de valores modernos (es decir, del viejo pensamiento del s. XIX) que se han logrado colar hasta nuestras vidas actuales de la mano de las caricaturas y en una aterrador juego con el inconciente.
Sería muy complejo hablar sobre la carga social que los comics actuales llevan desde un enfoque historicista, por ello mejor nos enfocaremos a algunos pequeños ejemplos de lo que un comic puede ocultar….
Los grandes héroes de los cómics actuales nacen durante la segunda guerra mundial. Tras el ataque a Pearl Harbour y la impotencia americana de entrar en batalla hasta que las primeras bombas nucleares sean inventadas orillaron a los artistas a crear personajes ficticios que luchaban principalmente contra los japoneses. Un modo social colectivo de apaciguar la ira del ataque japones de Pearl Harbour.
Con el fin de la II guerra mundial, llega la segunda frustración mundial. El suicidio de Hitler. Con esta elección del antiguo dictador alemán, quitó sobre gran parte del mundo la posibilidad de que este personaje tuviera un merecido castigo, es por eso que al no poder vengarse del hombre físico, comienza a ser caricaturizado y golpearlo dentro de un mundo fantástico. Superman, Capitán América, Batman y muchos otros personajes tienen la tarea nacionalista de acabar con el malvado hombre. (Ha sido tanta la frustración que incluso todavía se busca darle un castigo fantasioso como ocurre en la multipremiada película «Bastardos sin Gloria«).
Norakuro es un perro negro que comanda a un ejercito de perros que combaten al estúpido ejercito cerdo. No sólo se trata del abuelito del manga, sino que es además una clara alusión entre el ejercito japonés y el ejercito chino en tiempos de la II guerra mundial. Los mangas japoneses se dedicaron a fortalecer un sistema de codigos de honor y lealtad al emperador y a japón. Aun después de los ataques a Nagasaki e Hiroshima, mantuvieron el espíritu en alto de una nación que se negaba a aceptar su derrota.
Una mujer de clase alta que abandona los lujos por un marido y una familia de clase popular, es la principal protagonista de los comics mexicanos de «La Familia Burrón«. Mientras el mundo comenzaba a entrar a la guerra fría, México sufría los estragos del desencanto de un milagro mexicano que nunca llegó. Fue por medio de las historietas cómicas que el mexicano ganón y aprovechado pudo soportar la miseria que llegaría en los últimos años de la modernidad. El personaje principal era el pícaro que no lograba salir de su situación económica, la triste historia de aquel que no busca sobresalir sino sobrevivir. Una historia que duró 60 años desde su primer número hasta el 1616.
En plena guerra fría, los países del tercer mundo (aquellos que no eran del primero – capitalistas, ni del segundo – socialistas) se veían obligados a elegir una posición económica. En el bloque latinoaméricano surgió en los periódicos uno de los personajes más entrañables de los comics hispanos: Mafalda. Con duras críticas a los problemas de la época desde Vietnam hasta la invasión Inglesa, su autor Quino, supon narrar las perspectivas de una niña precoz de tal modo que aun sus temas y filosofías siguen vigentes. Debido a la carga del trabajo, Quino decidió terminar con Mafalda en 1973; una desición que orilló numerosas teorías de conspiración sobre su fin.
En los años 70’s las familias nucleares desaparecían y los valores se transmutaban. Surgían parejas homosexuales, psicodelia, drogas, y otras cosas que la moral cristiana detestaba. Hansi, fue una contraréplica; retomando las viejas historias nazis y basada en un hecho real, una editorial cristiana narra la historia de Hansi quién queda desencantada del nazismo aleman y en un campamento norteaméricano conoce al cristianismo. La escena final muestra a Hansi dando un fuerte discurso sobre la moral cristiana y la preservación de los valores, teniendo como entorno al viejo villano nazi. Nada mejor que comparar las actitudes liberales, socialistas,y comunistas con el viejo enemigo del mundo.
El resentimiento japones por el dibujo norteamericano representado por asiaticos amarillos de dientes grandes y ojos rasgados, originó al estereotipo del manga japonés. Dentro del manga, la sociedad japonesa se representaba como personas generalmente altas, rubias, y hermosas, siempre con sus característicos ojos enormes. Las temáticas eran distintas pero nunca se dejó de lado la mirada cruel de la vida donde existen momentos buenos y malos (no hace falta mencionar a la máxima casa productora de animes exportados de japón donde las historias suelen terminar dramáticamente) Sólo durante la nueva era han existido nuevas aperturas al personaje del manga japonés gracias a la exportación. Cabe mencionar que el manga llegó a occidente como papel para envolver cerámica y recuerdos japoneses, solo algunos curiosos comenzaron a pedir las traducciones del curioso envoltorio.
Quienes aun critícan a la vieja telenovela mexicana pocas veces voltean a ver a la abuelita del melodrama: Lagrimas y risas. Originada de las viejas novelas del corazon surgidas en el s. XIX, las historias de Yolanda Vargas generalmente se enfocaban en la época setentera y ochentera donde el sueño podía hacerce realidad; la mujer más pobre podría enamorarse del hombre más rico y volverse de «la alta» de la noche a la mañana. Sus historias fueron producidas para la televisión por las máximas casas de comunicaciones de México y desde entonces han sido un tema recurrente. Esa pequeña esperanza para la mexicana pobre que sueña con vivir en las lomas y el mexicano que se sacara la lotería.
Los viejos héroes norteamericanos, siempre vestidos con el rojo y azul (Thor, Spiderman, Superman, Capitan América, Daredevil, etc.) sufrieron una decadencia que les exigía nuevas aventuras y para sus creadores ese máximo de ventas se consiguió matándolos de uno por uno. Desde entonces hemos sufrido una larga y lamentable era de refritos donde se añaden personajes sin personalidad y con los mismos superpoderes, o donde los personajes reviven, mueren, reviven de nuevo, vuelven a morir, etc. Los superhombres que combatieron por EUA durante la alemania nazi y la guerra fría, adquirieron desde entonces características más humanas pero algunas veces a tal grado de volver aburrido al personaje (como ocurrió con Batman). Sólo el cine ha sabido aprovechar a los viejos heroes en decadencia, mientras los comics sufren pastiches y refritos para ventas.
Durante la era digital los comics pasaron a ser historias cortas y fugaces, principalmente comicas aunque hay para todos los gustos. Las temáticas se centran en la nueva era de la internet y generan empatía con los lectores haciendo burla de lo cotidiano. Los héroes y los melodramas quedaron atrás, pero junto con ellos, se fue también la dedicación del cuadro por cuadro pues ahora al ser historias fugaces, no necesitan tantos escenarios, tantos detalles en los personajes ni tantos encuadres o historias como antes. Sólo las novelas gráficas y los mangas conservan esas viejas características.
Por supuesto todo esto es una muy muy pequeña embarrada sobre la perspectiva oculta que han tenido algunos comics. Faltaría ver su origen que va más alla del siglo XVII o enfocarnos en otros países, pero por el momento sólo basta de esta probadita para pensar mejor sobre lo que leemos ahora, lo que pretenden comunicarnos más alla de sensacionales explosiones, y lo que probablemente veremos después.