Luego de haber roto el campo de fuerza que mantenía a todos los competidores del Vasallaje de los 25 en la Arena, Katniss Everdeen deberá convertirse en el símbolo de la rebelión. Para esto, los líderes del Distrito 13 han preparado un plan mediático que la volverá una fuente de inspiración entre el resto de los Distritos, evitando que la llama que ya ha comenzado se extinga en la búsqueda de derrocar al Capitolio.
El gran problema con Sinsajo no proviene directamente del universo cinematográfico de la saga, sino del material fuente. El libro homónimo en que se basa la cinta, escrito por Suzanne Collins, sufre mucho para avanzar en su trama. La narrativa en primera persona lleva al lector a perderse toda la acción que ocurre en la Revolución de los Distritos, para en su lugar encerrarnos durante cientos de páginas en el Distrito 13 con nuestra protagonista y su equipo de trabajo.
Para la adaptación, el guión intenta dar algo de espectáculo mediante cortes esporádicos a algunas sublevaciones, pero en un afán de ser extremadamente fiel al libro, transfiere algunos de sus defectos al largometraje. De esta manera, nos mantendremos durante secuencias demasiado largas en conversaciones y la vida cotidiana de los personajes en su nuevo hogar. El ritmo, por lo tanto, tiende a ser semilento, aunque no llega a aburrir demasiado.
Muchas escenas se extienden demasiado para justificar la división en dos películas. Así, tendremos literalmente secuencias enteras de gente caminando a lo largo de corredores, bajando escaleras, rondando los bosques o lanzando exposición cada que la trama lo requiere. El libro suele contar todos y cada uno de los detalles de la campaña mediática del Sinsajo, pero esto mismo trasladado al lenguaje cinematográfico resulta en una reiteración innecesaria.
Otro elemento del que acusa Sinsajo Parte 1 es la ausencia de interacción entre Peeta y Katniss, quienes han creado una cierta conexión a lo largo de dos películas, dando paso al triángulo amoroso forzado con Gale, interpretado por Liam Hemsworth, un personaje bastante plano desde su concepción, con el que el actor no se nota del todo cómodo, fallando en formar una química adecuada con Jennifer Lawrence.
Woody Harrelson y Elizabeth Banks proveen a la cinta de frescura y humor, mientras que Donald Sutherland demuestra que tiene el papel del temible Presidente Snow muy bien estudiado. Philip Seymour Hoffman logra una visión interesante de Plutarch Heavensbee, pero es Julianne Moore quien se luce como Alma Coin, logrando un personaje más creíble y multidimensional que su contraparte literaria.
Debe reconocerse además que la película está muy bien rodada, y encuentra sus puntos altos al alejarse de los muros del Distrito 13. Desde la devastadora revelación del Distrito 12 (escena muy fuerte, por cierto) hasta los actos de rebelión que se llevan a cabo en el resto de Panem, es en estos momentos que la Revolución se siente real y cercana. El score de James Newton Howard, si bien no destaca prácticamente nunca, no llega a sentirse fuera de lugar.
En conclusión, Sinsajo Parte 1 no logra romper esa maldición de las adaptaciones divididas, y no deja de ser una introducción demasiado extendida mediante técnicas de relleno poco ortodoxas. Sin embargo, las escenas de levantamientos, el planteamiento lo suficientemente interesante y las buenas actuaciones logran que, pese a su ritmo lento, la película no se vuelva demasiado tediosa, y deja al espectador esperando con ansias lo que se avecina en la continuación, mostrando señales de una Revolución encendida y emocionante.