Tal vez muchos de nosotros creemos que toda aquella música antigua, llena de instrumentos, sin sonidos vocales, y que a veces llaman “aburrida” se le denomine “música clásica”. Así quizá sigan muchos con esa idea – al igual que sucedía conmigo-. Pues no, la música clásica no refiere a un género, si no solamente a una época. Vamos por pasos. Comenzaremos desde la época de la Ilustración, ya que es el parte aguas del mundo y es donde nace la “música culta”, lo que conocemos como clásica.
A comienzos del siglo XVII, es decir por el año 1600 se crea la música barroca, donde a lo largo de la pieza se utiliza el mismo ambiente, el mismo sentimiento y de melodías largas y fluidas. Los compositores más icónicos de esta etapa son, por ejemplo, Bach, Vivaldi y Scarlatti. Después de todo esto, a principios de 1700 entra el clasismo, de donde todos conocemos el término “música clásica”. Y quizá lo englobemos todo en esta época porque se encuentran los compositores más reconocidos, como Mozart, Beethoven, Haydn, entre otros. En 1800 la música vuelve a dar un giro, esta vez del lado del Romanticismo – aunque claro, no de la forma amorosa y cursi que todos piensan- donde las piezas crecen gradualmente en tamaño e interpretación, se encuentran aquí músicos como Chopin, Brahams y Liszt.
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A finales de 1800 y comienzos de 1900 se crea el impresionismo, que no encuentra un gran futuro, y termina colectivamente. Uno de sus máximos compositores fue Debussy. En este punto es donde el cambio radical es inminente y la música entra a una etapa denominada como “contemporánea” y se experimenta mucho con los ritmos, sonidos, letras, colores, sabores y texturas de la música. Es el Big Bang de la etapa musical, y nacen géneros nuevos, diversos, se crean muchas bandas, generan estereotipos, y es una revolución artística hasta donde hoy conocemos, no tiene límites.
Claro, es un resumen bastante impreciso de la historia de la música. Es sólo una “probadita” del amplio mar de sonidos melódicos que se puede encontrar. Es una idea falsa que la sociedad nos ha implementado en nuestras cabezas, y de lo que desconocemos sólo por el error de la ignorancia colectiva. Vale la pena conocer acerca de estos temas, aunque no tengamos ni un gusto mínimo a este género. Es la raíz de todos los géneros que escuchamos por las calles, en restaurantes, plazas, galerías de artes, microbuses, en reproductores de música cuando uno gusta de perderse entre la música, o como solemos decir: melómanos diarios.