Cine & TV,The Punisher (críticas)

Julieta – Almodóvar se contiene

Luego de un paso en falso con Los Amantes Pasajeros (2013), Almodóvar vuelve al drama con protagonismo femenino con la irregular Julieta, una cinta sobre la manera en que un encuentro fortuito puede despertar demonios que viven muy clavados en nuestro interior.

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Julieta es una mujer madura que, tras encontrarse con una antigua conocida en la calle, comienza a remembrar lo que ha sido su vida, desde los momentos más felices hasta las situaciones que la lanzaron a una espiral irremediable, que concluyó con la desaparición de seres queridos de su vida.

El director español no es ningún novato, ni deja nada al azar. Todo lo que sucede en pantalla tiene una explicación dentro de su plan, aunque los diferentes niveles de obviedad en su simbolismo terminan por volver la cinta un terreno minado, que se mueve entre la exposición más torpe y la brillantez de un hombre que se ha recatado más que nunca.

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Desafortunadamente, Julieta sufre de una confusión tonal. Lucha por definirse como un drama puro y duro, pero al mismo tiempo intenta disfrazarse de film noir, apoyada en una banda sonora de predominante jazz a cargo del habitual compositor de Almodóvar, Alberto Iglesias. La falta de misterio en los aspectos propuestos de un falso thriller termina afectando la composición de la cinta.

Pese a tener cierto regusto a telefilm, la dirección resulta lo suficientemente elegante como para llevarse una nota aprobatoria. Sin embargo, las actuaciones terminan dejando con algunas dudas, mostrando momentos acartonados en una trama que debería ser muy poderosa. Atrás quedaron las musas de Almodóvar, y hoy nos entrega a dos actrices, Emma Suárez y Mariana Ugarte, representando un mismo papel en diferentes etapas de la vida, de manera inconsistente.

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A pesar de todo lo dicho, hay suficientes delicias en Julieta como para deleitar a los fans más aguerridos del cineasta. Particularmente, cuenta con un buen ritmo en su narrativa, y su tratamiento del miedo a las despedidas, del poder de las coincidencias sobre una vida y la prevalencia de la culpa en sus distintas fases resultan irresistibles. Eso sí, el final es un tanto manipulador.

Julieta está lejos de otras obras de Almodóvar, tanto para bien como para mal. Se ubica en un confortable término medio de su filmografía debido a su extraña decisión de reprimirse y contenerse en cuanto a sus excentricidades. Una buena idea, que pudo llegar a ser mucho más.

 

Fernando Valencia

Economista por profesión, cinéfilo y melómano por convicción.

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