A través de los años, Belle & Sebastian se ha convertido en un ícono del mal nombrado género indie, este año presentan su noveno álbum de estudio que representa su regreso tras cuatro años sin presentar música nueva. La banda originaria de una de las capitales mundiales de la música actual, Glasgow, Escocia, demuestra que no ha perdido ese estilo tan característico que la ha hecho una de las favoritas de los hipsters.
El álbum se compone de 12 tracks del pop más refinado y dulce, comenzando por la agradable Nobody’s Empire, el líder Stuart Murdoch conquista con una voz calmada y grave. La mayoría de las canciones del disco duran más de cinco minutos, es un álbum largo y relajado con momentos intensos e incluso un poco de electropop.
El electropop se hace presente en The Party Line, una canción que le hace justicia al título del álbum pues es un baile en tiempos de paz. Después de la tranquila The Cat With The Cream, los beats continúan con Enter Sylvia Plath, una de las más pegajosas y bailables del disco.
El álbum continúa con The Everlasting Muse, una de las propuestas más interesantes que personalmente me recuerda a una marcha militar. Sigue con Perfect Couples una canción divertida y con buen ritmo. En general estamos antes un disco agradable para pasar un buen rato con melodías calmadas y dulces, incluso dignas de dedicar.