Basada en una historia real, Foxcatcher nos muestra la historia de Mark Schultz (Channing Tatum), campeón olímpico de lucha grecorromana, quien sufre una crisis de identidad causada por vivir a la sombra de su hermano, el también medallista Dave Schultz (Mark Ruffalo). Debido a esta frustración, Mark aceptará el trato propuesto por John du Pont (Steve Carrell), un multimillonario con pasión por las luchas que busca armar un equipo que lleve el nombre de su país a lo más alto.
Lo que fácilmente podría ser un drama biográfico de uso se convierte en manos de Bennet Miller en un lento pero poderoso thriller criminal. La mayoría de las cintas con ritmo pausado tienden a extender el metraje con escenas en las que pasa poco, o directamente no ocurre nada. Foxcatcher tiene un gran mérito: justo cuando parece que no hemos presenciado mucho, nos damos cuenta que lo hemos visto todo.
La historia maneja perfectamente las complejas relaciones entre los tres protagonistas, moviéndose principalmente por las soberbias interpretaciones de Tatum, Carrell y Ruffalo. De hecho, parece injusto lo ignorado que ha pasado el primero de ellos, ofreciendo una auténtica clase de actuación en 120 minutos. Los miedos, frustraciones, la tristeza y las alegrías que la tercia protagonista consigue pasarán a la posteridad, convirtiendo a Foxcatcher en una de las cintas mejor actuadas de los últimos años. A esto se agrega un gran trabajo de maquillaje que transforma físicamente a los histriones en personas totalmente diferentes.
La fotografía de la cinta es soberbia. Las tonalidades ocupadas resaltan con maestría la época, la oscuridad de la trama y la desesperanza del aire. Resulta sobrecogedora la manera en que unos pocos escenarios logran construir un sentimiento de asfixia, incomodidad y claustrofobia propios de un crimen americano a la vieja escuela. La banda sonora, si bien no es el aspecto fuerte del espectáculo, acompaña muy bien las escenas.
El defecto más grave de Foxcatcher es que, si bien la construcción de las relaciones de los personajes es bastante sólida, el dibujo de cada uno de ellos de manera individual es más bien débil, llevando a que el gran conflicto final deje al espectador con más dudas que respuestas. Al analizar el caso de la vida real, notaremos que el climax no se encuentra motivado por lo que la película podría sugerir, haciendo que quede una sensación de vacío en el espectador.
En definitiva, Foxcatcher es una buena película que demanda la paciencia del público. Sus brillantes interpretaciones y la manera en que construye lentamente una situación cada vez más incómoda e inaguantable demuestran el gran talento de Bennet Miller para el cine de crimen, así como su visión para sacar lo mejor de actores en registros totalmente diferentes a lo que nos tienen acostumbrados. Para reprochar el olvido de la Academia al no incluirla en la terna a Mejor Película, aún cuando dos espacios quedaron disponibles. Una lástima.