Actualmente son muchas las cintas de acción sin pretensiones que llegan a nuestras carteleras. Todas ellas buscan entretener a la audiencia con una trama sencilla, villanos prefabricados y un supuesto contexto político para agregar algo de sustancia. No obstante, cada vez son más las propuestas que fallan debido a los trucos modernos del género. Afortunadamente Atentado en París corresponde a la mitad que cumple su cometido, entregando una satisfactoria hora y media.
Sean Briar (Idris Elba) es el clásico agente duro y matón que deberá investigar el caso de Michael Mason (Richard Madden), un carterista que robó accidentalmente un bolso con una bomba. Juntos descubrirán que lo que aparenta ser un caso de terrorismo es en realidad parte de un plan mucho más complejo.
Aunque hemos visto demasiadas veces la dinámica del policía estricto trabajando con un novato, es una linda sorpresa encontrar cintas que rompen el cliché de experiencia vs ineptitud. En Atentado en París ambos protagonistas cuentan con habilidades y características que les permiten colaborar para resolver el caso.
Tanto Idris Elba como Richard Madden se divierten interpretando con gran carisma a la pareja principal, logrando una dinámica en pantalla muy grata, que ayuda a cargar el peso de la película sin ningún problema. Charlotte Le Bon otorga una actuación sorprendentemente natural en un papel que va ganando relevancia conforme la historia avanza, y el resto del elenco cumple. La queja, como suele ser en estos casos, va a unos villanos demasiado blandos.
James Watkins abandona su zona de confort en el terror, pero traslada la elegancia que le vimos al frente de Eden Lake (2008) y The Woman in Black (2012) a la acción, y si bien recurre a la cámara en mano para algunas secuencias, logra salir adelante sin perder al espectador en la edición (pensando, por ejemplo, en Michael Bay y su docena de imitadores). Todo se encuentra muy bien coreografiado, la mezcla de sonido es sobresaliente, y los golpes se disfrutan sin problema.
Tristemente, pese al interesante planteamiento y un par de giros predecibles, pero bien llevados, hacia su recta final Atentado en París pierde fuerza, utilizando una motivación social que pudo ser bastante relevante para convertirla en un simple aparato para crear un plan de lo más genérico y seguro. La ejecución es correcta, pero se pierde mucho en la experiencia.
Para quien busque una opción digerible y entretenida de acción en cartelera, Atentado en París es definitivamente la opción de la semana. Si bien los fallos de guion le impedirán pasar a la historia, sus cuidadas interpretaciones y logradas secuencias de adrenalina garantizarán un buen rato en el cine para todos los amantes del género.