Nota: El próximo texto no contiene género, es quizá opinión o punto de reflexión, enfocado a la experimentación. Tómese como tal. Escuchese a la banda Vincent Gallo para un mejor disfrute de la lectura.
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La llamada «creatividad» es considerada por la mayoría de las personas como un elemento que se encuentra en la ‘imaginación’ y se autorrelaciona o interconecta con aspectos culturales para producir algo de «autoría». Sin embargo, el concepto de creación se compone de más aspectos que se deben de tomar. en cuenta
Desde que el ser humano existe, un elemento le ha sido imprescindible a lo largo de su historia, uno que no lo deja en vivir en paz: El desobedecer. Textos cosmogónicos, religiosos, filosóficos lo abordan periódicamente. La creación (particularmente hablaremos de la artística) nace de la revelación y la rebelión; es un pestañear instantáneo del eterno sueño existencial.
Quizá se piense que la creación artística no es más que una actividad ociosa y carente de importancia real: grave error. Es tan necesaria como las actividades más primitivas y también las más modernas. Es un complemento del ser humano. Tanto así, que una persona no es capaz de comunicarse con otra sin que exista una creación artística de por medio.
Hablemos un poco de filosofía.
Bien, muchas de las personas siguen la ideología que el ser humano se compone de razón y alma. Este pensamiento es la llamada ‘dualidad cartesiana’, la cual también sostiene que en el aquí y el ahora existen dos mundos: el real y el de las ideas. Mundos distintos, incluso totalmente contrarios. Siguiendo este concepto, una persona se acompleja al imaginar como se interrelacionan. ¿Cuál es ese puente de comunicación entre el pensar y el sentir? Acertaron. La actividad creativa. Tanto el realizar como el concebir el proceso creativo consiste en formular una pregunta y acercarse a la respuesta, siempre sin darla por completo.
La creación busca el quebrar con la estabilidad, el comtradecir a todos los sentimientos, pensamientos, reunirlos y ponerlos a conversar entre ellos. Es encontar un pequeño estimulante -sea un animal, un objeto, persona, lo que sea- y asesinarlo brutalmente, mutilarlo, unir sus partes y crear una bestia. Un monstruo que puede devorarlo todo. Suele tener nombres bastantes concurrentes como obra de arte, pintura, música, poesía, escultura, novela, etcétera.
¿Recuerdan algún ejemplo de ello? Podemos hablar de miles.
Antigua Grecia, nace la filosofía, y la mayeútica (arte de parir ideas) y con ella cientos de pensadores occidentales. La Biblia, el Corán, la Torah, libros sagrados que por su valor literario formaron imperios de creyentes (Todos sabemos que consecuencias tuvieron). Nietzche y su Dios Muerto y el Superhombre inspiraron a Hitler y al Nazismo. Hitler inspira aún en la actualidad a todo el mundo. Mozart, Beethoveen, Verdi, Wagner, Vivaldi, abuelos de la música contemporánea. Mitologías y cosmogonías de las primeras civilizaciones como una previsualización de la sociedad futurista a la que nos dirigimos.
Así pues, la creación artística es interdependiente a su contexto. El proceso creativo posee dos objetivos simultáneos: aproximarse al futuro y regresar al origen. El crear es una actividad que se mueve sigilosamente en el tiempo-espacio a la vez que es una obra concreta. La arbitrareidad de las cosas, la anarquía en el orden, lo vuelve colectivo y trascendental. El crear es como un romper con lo que ya existe, perturbar esta realidad para crear otra, el crear nace de un caos y reordena las cosas en un universo distinto.