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«The Day Is My Enemy» de The Prodigy, videojuegos ochenteros y zorros tarareando en un mundo post-apocalíptico

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El último disco del trío más icónico del big beat creó expectativas bastante altas. Se empezó a hablar del disco con bastante anticipación contando con un Liam Howlett aclarando en una entrevista en el 2012 a la NME que el nuevo trabajo de The Prodigy iba a ser realmente sensacional. A los dos años el mismo Howlett se lo repitió a Gigswise declarando; «El nuevo álbum, el que aún no han escuchado es mi favorito de The Prodigy». Era obvio que los fanáticos no iban a poder contener su emoción y empezó a hablarse de que éste álbum sería el gran regreso de la banda, que sería mejor que «The Fat Of The Land» (1997) y que incluso iba a marcar a una generación, una generación que aún no ha vivido con un exponente que pueda entregarles la música «angry» que merece. Ante ésto el lanzamiento del primer single del álbum «Nasty Nasty» supuso una bajón emocional para todos los que esperaban algo del tamaño de «Firestarter», ahora que el disco ha sido oficialmente lanzado los fanáticos se han visto decepcionados por su banda favorita sin darse cuenta que en realidad éste disco lleno de imagenes post apocalípticas y de zorros endemoniados en realidad está cargado de ideas muy bien realizadas, que supone el regreso a un The Prodigy con una estética sumamente cuidada y que además comparte momentos llenos de ese odio y brutalidad que ésta generación merece.

El disco empieza con un gran golpe a los oídos, «The Day Is My Enemy» nos  muestra los primeros beats que se han podido escuchar de un disco de The Prodigy en más de 5 años y éstos no decepcionan. El ritmo repetitivo de los beats causan la sensación de que se trata de una marcha militar hasta que hace aparición una voz sumamente melancólica a recitar «The Day Is My Enemy, The Night Is My Friend» mientras los sintetizadores del fondo empiezan a subir su volúmen para mostrarnos el camino al cambio de intensidad de la canción. La voz de la chica cambia a una voz neurótica, asustada y ahora todo parece estár derrumbandose. Los beats del inicio son alcanzados por otros aún más potentes y en el trancurso de la canción se van incorporando elementos. El puente supone una de las partes más interesantes de la introducción al mundo violento que han preparado los ingleses para éste disco.

«Nasty Nasty«, el primer single del álbum, aunque no tan interesante como el tema que le da título a éste. Logra no bajar la intensidad vivida en la primera parte del álbum, mostrando una estilo más clásico de la banda. Beats furiozos y repetitivos que logran intercalarse con el canto de Howlett. Una combinación que desde hace dos décadas ha funcionado y que sigue despertando emoción en el escucha.

«Rebel Radio» e «Ibiza» sin embargo, suponen un bajón en la intensidad del trabajo, ninguna de las dos canciones pretende en algún momento pedir la atención de quien las escucha, aunque ambas resultan ser bastante bailables lo que promete que su experiencia en los conciertos de la banda sea una bastante más energética.

«Destroy» es una pieza inusual, inicia con un ritmo de 16 bits curioso hasta que llega una serie de beats sumamente energéticos, ligeros y bailables junto con elementos que ya estamos acostumbrados a escuchar en los discos de The Prodigy; sintetizadores cuyos sonidos binaurales cruzan de oído a oído y juegan con la percepción espacial del escucha. Un track bastante entretenido que además nos regresa las campanas y xilófonos sombríos de las cuales abusó la agrupación en «Invaders Must Die».

El álbum continúa con uno de los mejores tracks de la banda y a mí consideración el mejor track del álbum, «Wild Frontier» que al igual que «Destroy» su introducción recuerda un poco a aquellos videojuegos clásicos, sin embargo, «Wild Frontier» se va más a aquellos juegos de terror cuya música resultaba un poco obscura y hasta sombría. Ésta introducción sirve como base en gran parte de la canción mientras varios beats rápidos sirven para crear un trayecto sonoro obscuro y sumamente placentero. El trayecto parece llegar a estaciones de servicio cuando Flith agarra el micrófono, los beats cambian a unos repetitivos y más intensos y el ambiente se ve rodeado de animales furiozos. «Wild Frontier» supone una de las canciones más interesantes que van a lanzarse éste año, además de que su hermoso video musical realizado en la técnica de animación stop-motion es perfecto para acompañarlo.

https://youtu.be/GVV06jTYjeY

«Rock-Weiler» es un track que resalta gracias a los cambios de ritmo que presenta. El inicio de ésta al igual que en las anteriores dos presenta influencia de videojuegos de la época del NES, cosa que no se vuelve a repetir en el álbum. La batería de la canción es tocada con dureza mientras es el único elemento que se mantiene durante toda la canción, varias secuencias de beats se intercalan al igual que interesantes elementos extraídos de los sintetizadores de Howlett.

«Beyond The Deathray» ha sido señalado por diversos medios como el track más hermoso que el trío haya creado en su carrera, es un track grandioso, de eso no hay duda. Los sintetizadores y un piano aquí son los protagonistas mientras que se experimenta con los silencios y se deja caer la intensidad de los elementos de forma pausada. Un track que gustará a los que buscaban algo realmente emotivo en un disco de The Prodigy y que aunque bien es un track que podría ser fácilmente confundido con el trabajo de Nine Inch Nails, sigue con el estilo freak de los ingleses, lo que la convierte en una delicia.

El disco hay que decirlo cae bastante en los siguientes tres tracks, mostrando solamente melodías bastante bizarras y beats repetitivos, serán de gusto en una discoteca de seguro, pero no aportarán nada de valía para el escucha demandante.

Es con «Medicine» que presenta elementos de la música árabe que el álbum vuelve a recuperar poco a poco el interés. Pero es con «Invisible Sun» en dónde el disco se recupera por completo, un track que por momentos bien podría ser catalogado en el género «Ambient» o «Chill out» de proyectos como Boards Of Canada o Aphex Twin. Una pieza que hace uso de distintos elementos electrónicos, maracas, platillos y una guitarra eléctrica para crear un ambiente frío y lluvioso. Un track que demanda la atención del escucha y de unos buenos audífonos para captar cada uno de sus elementos.

La paz es destruida al instante en que comienza la penúltima canción del disco, «The Wall Of Death«. Una canción que vuelve a crear atmósferas hostiles con beats sumamente furiozos tal como en el inicio del disco. Los puentes creados solamente con sintetizadores resultan sumamente hermosos mientras que el canto de Howlett y los delays creados alrededor de éste recuerdan al trabajo de la banda más reconocido por el público y por la crítica, aquel «The Fat Of The Land«, disco que marcó a una generación y que logró entre cientos de premios ser reconocido a la larga como uno de los mejores discos de la historia. «The Wall Of Death» es un track que sin dejar a un lado el tono sumamente freak de éste disco, nos recuerda al The Prodigy sucio y clásico del cual todos los melómanos se han enamorado.

«Rise Of The Eagles» inicia con la grabación binaural del despegar de un helicoptero y del sonido generado por una motocicleta al pasear en carretera. Ésta grabación se ve interrumpida al poco tiempo por una línea de bajo fina y por unos beats repetitivos. Hemos aterrizado en un mundo diferente al que habíamos llegado en «The Day Is My Enemy», parece ser que en la canción aquellos sintetizadores misteriozos y todos esos elementos creados apartir de películas de aliens y videojuegos ochenteros están siendo auyentados para sólo dejar a los instrumentos tradicionales de una banda de punk.

«The Day Us My Enemy» en su totalidad es un disco sumamente estilizado con un bello trabajo artístico que combina a la perfección con la música que está en su interior, una combinación del The Prodigy clásico que todos conocemos y amamos con lo que parecen ser soundtracks de programas de alienígenas de History Channel y de videojuegos ochenteros/noventeros. En general es un disco novedoso e interesante que aunque tenga varios de los mejores temas que ha creado la banda y que podrán escucharse en éste año, cae un poco en su tercera parte, creando una sensación un poco agridulce al final.

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Oscar Adame

Nada en mí es original. Soy el esfuerzo combinado de todo aquel al que he conocido.
Contacto: oscar.adame@poolpmx.com
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