«¡Alebrijes, alebrijes, alebrijes!»
Este año se celebra el Octavo Desfile de Alebrijes Monumentales del Museo de Arte Popular. La cita es a las 12 del día, partirá del Zócalo y concluirá en la glorieta del Ángel. Pero, para estar más en contexto hablemos más acerca de aquellos seres fantásticos que a algunos despabilan y a otros inspiran, pero sin duda a todos nos han hecho soñar.
Los alebrijes son parte de nuestro pasado y presente. Ya hace siglos los indígenas creaban aquellas criaturas antropozoomorfas los cuales funcionaban como guardianes de sus sueños. ‘Monstruos mexicanos’ que comparten lugar con nahuales y otros seres de la mitología prehispánica han sido parte del folclor nacional.
Está también aquella otra versión, la cual habla acerca de Pedro Linares López, creador de estas artesanías. Cartonero de profesión, fue un pionero- hablando del ámbito metropolitano- de crear alebrijes mediante estructuras que utilizaba como molde para diversas piezas de cartón. El señor Pedro relata que esta idea surgió gracias a una revelación nocturna que merodeaba entre sueño y pesadilla: Unos seres muy extraños que eran conformados por varias partes de animales peregrinaban todos en fila. Mientras transmutaban, todos gritaban a coro sólo una palabra: ‘Alebrijes’. Cada vez más fuerte, cada vez más cerca. De momento, despertó. Quería representar esos entes de forma que cuando lo explicara, las demás personas tuvieran una idea a qué se refería. ¿Qué sucede? ¿Por qué en ambos casos los sueños forman parte del alebrije y viceversa? ¿Es acaso que estas criaturas delirantes son elementos del inconsciente colectivo? Quien guste, juegue a ser artesano. Aclaro: No a artista. Sueñen con alebrijes, y ellos actuarán como sus musas mexicanas.
Postdata: Los invito a que se den una vuelta por el desfile, o por lo menos de las fechas del 18 de octubre al 2 de noviembre, días en que estarán expuestos.