Siempre me han emocionado los dúos de garage rock, para mí tienen una magia indescriptible, un sonido feroz como si se tratara de diez músicos, desde The White Stripes hasta Deap Vally, sin importar si son hombres o mujeres, el rock que hacen es cautivador. Esa simplicidad y minimalismo que se traducen en calidad también la tienen los canadienses de Death From Above 1979 quienes nos mantuvieron esperando un nuevo disco durante diez largos años.
The Physical World es un disco que se tiene que escuchar fuerte, que te hace agitar la cabeza y saltar encima de los muebles, desde Cheap Talk hasta The Physical World se escucha la furia de sus riffs al borde de la línea que divide al garage rock y al dance punk del hard rock, golpes rápidos a la batería y energía desbordante a cada segundo, como si se hubieran guardado todo en estos diez años y quisieran soltarlo en este álbum.
Sebastien Grainger y Jesse Keeler logran un disco salvaje que recuerda los días de secundaria y la rebeldía que todos querían aparentar, con todo y las voces desesperadas.
Este es un álbum que se compone de canciones cortas y similares entre sí, sin embargo no suena monótono, no deja ni un momento de descanso, es furioso todo el tiempo, un homenaje a la guitarra y las distorsiones que no se veía desde hace tiempo.
«‘Cause I Want It All, I can’t enough» dice el coro de Trainwreck 1979 como un capricho, un grito ambicioso como rock de adolescente, para una nueva generación pues los que escuchaban a este dúo en el momento en que salió su anterior disco ya no son tan jóvenes… perdón, alguien tenía que decirlo.
Government Trash y otro llamado de protesta de un par de enemigos del sistema, será la preferida de los anarquistas. Este nuevo disco tiene todo para marcar a una nueva generación, habla directo y sin complejos.
En conclusión: necesito más música de este par y no quiero esperar otra década, espero que ellos se den cuenta de que The Physical Worldlos regresó al buen camino y nos regalen algo más muy pronto.